El amor es elección, el erotismo, aceptación. Sin erotismo -sin forma visible que entra por los sentidos- no hay amor pero el amar traspasa al cuerpo deseado y busca al alma en el cuerpo y, en el alma, al cuerpo. A la persona entera. (...) Misteriosa inclinación pasional havua una sola persona, es decir, transformación del objeto erótico en un sujeto libre y único. (...) Somos seres incompletos y el deseo amoroso es perpetua sed de completud . Sin el otro o la otra no seré yo mismo. Octavio Paz. La llama doble . Seix Barral, México, 1999, págs. 33, 34, 41.