Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2013

Souvenir - León Larregui

Y así fue que me olvidé de mí  tratando de hacerte feliz  y en el intento me perdí.  Y me dio miedo la distancia  de no ser bueno para ti  y a un precipicio me tiré. ¡Oh!  No existe el amor, no existe el amor. ¡Oh! ¡Oh! Cuando le buscas  siempre fuera de ti. Un vil souvenir, tu tesoro, un pedazo de ayer.  Mejor así  sin engaños ni mentiras. Y dices que no estabas lista  que no debiste continuar  pero ya es tarde pa' volver. Y fueron tantas las palabras  mil promesas a la vez  habrá ilusiones huérfanas. ¡Oh! No existe el amor, no existe el amor.  ¡Oh!  ¡Oh! Cuando depende de algo  fuera de ti. ¡Oh! Me dices que soy  un ser especial  ¡Oh! Pero me haces sentir  como un vil souvenir.  Un vil souvenir, tu tesoro,  un pedazo de ayer. Mejor así sin engaños ni mentiras. ¡Oh!  No existe el amor, no existe el amor. ¡Oh! ¡Oh! Cuando le buscas  siempre fuera de ti. ¡Oh! Me dices que soy  un ser especial  ¡Oh! Pero me haces se

Elemento - Enjambre

Se me parte el alma cada madrugada. Cuando a la carretera tengo que acudir. Te imagino levantándote por la mañana sin mí pensando valdrá la pena seguir Yo... me alejo  pero no... te dejo de pensar intento con cantar poderte alcanzar mi elemento vital. Llego a lugares que me ofrendan alegres momentos tales buscan que me olvide de mi elemento mismos que rechazo porque no me dan lo que contigo ya tengo. Yo... me alejo  pero no... te dejo de pensar intento con cantar poderte alcanzar mi elemento vital. Yo.. me alejo pero no... te dejo de pensar intento con cantar poderte acariciar. No te puedo tocar me voy a asfixiar sin mi elemento vital.

Hace un año - Hombres G

Hoy... hace un año. Las calles frías me han visto pasar, las niñas bajan por la cuesta de uniforme, la gente corre y la lluvia está empapando el parque. Pero hoy  me has hecho daño, hoy estoy llorando. Los autobuses pasan salpicando y no te veo bajar,  un olor a ciudad mojada me está asfixiando y tú no llegarás.  Voy corriendo al parque a ver si estás hoy no se ve a nadie en la oscuridad, sólo aquel macarra que lo ves de lejos, te das media vuelta y serán más de las nueve estarás en casa, te llamaré. Tú no estás en casa,  Dios sabe qué mentira contarás. Y tus amigas focas se ríen cuando me ven pasar  le doy otra calada a mi cigarro  y me voy quedando solo en aquel bar.  Pero hoy tampoco llegarás,  sé que nunca más volverás. He sido un gilipollas  por querer hacerte tan feliz, ahora sé que tengo que matar  a la serpiente que hay en ti.  Ya no volverás a verme

¿En cuál hora escogida, en qué momento... - Ruben Bonifaz Nuño

¿En cuál hora escogida, en qué momento piensas en mí? Tus ojos, la ternura que detienen tus ojos, ¿en qué oscura noche se alían con mi pensamiento? O quizá ni siquiera cuando siento que estoy contigo, sabes la amargura que, ciego, soy sin ti, como en segura cárcel de llamas en mitad del viento. No, tú no sabes el doliente pozo del sueño angosto, ni el insomnio justo,  ni el alma, por sin ti, deshabitada. No sabes de mi amor. Del triste gozo de amar tan solamente por el gusto de amarte bien, y no decirte nada.

El tren que sale, el ruido - Rubén Bonifaz Nuño

El tren que sale, el ruido, el vuelo de tu mano en la ventana que nos aleja. En la estación oscura lo sé: no has de volver; pero te llamo. Del irte al regresar, cuánta distancia en ti se irá formando; hasta tus mismos ojos al mirarme de nuevo, si me miras, serán otros. Pues contigo te llevas muchas cosas que entre los dos hicimos, eran nuestras. Te olvidarás de todo: ni siquiera sabrás que las perdiste. Ya ves; fuiste, me he quedado. Un viaje nunca tiene regreso, y la mirada última que me diste, ¿la recuerdas?, no volverá. La guardo.

Te lo habrán dicho ya; que nadie muere - Rubén Bonifaz Nuño

Te lo habrán dicho ya; que nadie muere de ausencia, que se olvida, que un lamento se repara con otro, y es el viento o la raya en el agua que se hiere. Y esta sed miserable que no quiere perderte, acabará; y el pensamiento por tanto tiempo tuyo en un momento; aunque hoy se aferre y grite y desespere. Si todo se ha de ir, ¿por qué llegaste? ¿Por qué, sino me quieres, me has querido? ¿Me has curado tan sólo para herirme? Así fue; te tuviste y me dejaste; nada me quedará: te he recibido no más que para verte y despedirme.

No sé. Todas las noches te he soñado - Rubén Bonifaz Nuño

No sé. Todas las noches te he soñado; por esos sufriré todos los días. No lo puedo evitar; tú lo decías: no olvida el corazón cuando se ha dado. En el aire se mueve un desolados olor del tiempo ausente. Las vacías horas se van sin alma. ¿Lo sentías al decirlo? No sé. Pero ha pasado. Duermo: pesa mi amor sobre la palma de tus manos, seguro como nave por la corriente en paz que la nivela. O la angustia de golpe me desarma; barco sin playa soy, puerta sin llave, soledad sin espejo, estoy en vela.

Acaso una palabra - Rubén Bonifaz Nuño

Acaso una palabra tan sólo, sé decir: al despedirme, lo más mío de mí se precipita afuera, y busca y toma lo que amo. Decir adiós, hablar para perderte, y saber que un instante, el anunado instante en que lo digo, puedo tenerte asida y te detengo. Abro luego las manos, quedas libre. Y el corazón te grita que te quedes y no lo entiendes. Nunca lo pudiste entender. Estamos solos.  Hay en todas las tardes una espina extraña. Un soplo de ceniza ardiendo tiembla en los corazones y las calles. Es antes de la noche.

A Love Story In Milk (2011)

¡Ah! Una historia de amor.

La dama y la muerte - Corto