Un poema de Christina Rossetti con arreglo musical
Cuando esté muerta, mi amor,
no cantes tristes canciones para mí,
no plantes rosas en mi cabeza
ni sombríos cipreses:
sé la hierba verde sobre mí,
con rocíos y gotas mójame;
y si te marchitas, recuerda;
y si te marchitas, olvida.
Ya no veré las sombras,
no sentiré la lluvia,
no escucharé al ruiseñor
cantando su dolor:
y soñando a través del crepúsculo
que no crece ni desciende,
felizmente podría recordar,
y felizmente podría olvidar.
Comentarios
Publicar un comentario