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La sombra misma - Luz Elena Cabrera

Dios se inventó la muerte
como barredor dilecto
para limpiar la tierra de redrojos,
hierbas secas, carne marchita,
pulpas huecas, suspiros mudos,
hijos difuntos...

La hizo a su imagen
desde el otro lado del espejo.

Por eso es tan alta
oscura, esbelta
o luminosa y redonda,
es la sombra misma de Dios,
variable, voluble,
según toque la hora
en la claridad o en la tiniebla.




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