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Una carta de mujer - Marceline Desbordes-Valmore

Te escribo, aunque ya sé que ninguna mujer
          debe escribir;
lo hago, para que lejos en mi alma puedas leer
          cómo al partir.

No he de trazar un signo que en ti mejor grabado
          no exista ya.
De quien se ama, el vocablo cien veces pronunciado
          nuevo será.

La dicha sea contigo; yo sólo he de esperar,
          y aunque distante,
yo me siento ir a ti para ver y escuchar
          tu paso errante.

¡Jamás la golondrina al cruzar el sendero
          pueda apartarte!
Será mi fiel cariño que pasará ligero
          para rozarte...

Tú te vas, como todo se va... Su éxodo emprenden
          la luz, la flor;
el estío te sigue; las tormentas sorprenden
          mi triste amor..

De esperanza y zozobra suspira mientras tanto
          el que no ve.
Repartámoslo bien; a mí me queda el llanto,
          a ti la fe.

Yo no quiero que sufras, que está muy arraigado
          mi amor por ti.
Quien desea dolores para el ser adorado
          guarda odio a sí,


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