Como a un ángel que afeitan, vivo siempre sentado,
empuñando algún vaso de profundas estrías;
doblado al hipogastrio, miro cómo han zarpado
del puerto de mi pipa tenues escampavías*...
Cual cálida inundación que un palomar ha hallado,
me abrazas dulcemente múltiples fantasías
y es mi corazón triste, árbol ensangrentado
por las jaldes* resinas doradas y sombrías.
Cuando agoto mis sueños de bebedor asiduo
de cuarenta cuartillas, sin ningún sobresalto
me recojo y expulso el ácido residuo.
Tierno como el Señor del cedro y los hisopos,
meo hacia el cielo oscuro, muy lejos y muy alto
con venia y beneplácito de los heliotropos.
empuñando algún vaso de profundas estrías;
doblado al hipogastrio, miro cómo han zarpado
del puerto de mi pipa tenues escampavías*...
Cual cálida inundación que un palomar ha hallado,
me abrazas dulcemente múltiples fantasías
y es mi corazón triste, árbol ensangrentado
por las jaldes* resinas doradas y sombrías.
Cuando agoto mis sueños de bebedor asiduo
de cuarenta cuartillas, sin ningún sobresalto
me recojo y expulso el ácido residuo.
Tierno como el Señor del cedro y los hisopos,
meo hacia el cielo oscuro, muy lejos y muy alto
con venia y beneplácito de los heliotropos.
Heliotropos |
- Escampavía: f. Barco pequeño y velero que acompaña a una embarcación más grande, sirviéndole de explorador.
- Jalde: adj. Dicho de un color: Amarillo subido.
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