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Alquimia del dolor - Charles Baudelaire

Uno te ilumina con su ardor,
otro en ti pone su luto, ¡Naturaleza!
Lo que para uno suena: ¡Sepultura!
Suena para el otro: ¡Vida y esplendor!

Desconocido Hermes que me asistes

y que siempre me intimidaste,
me haces igual a Midas,
el más triste de los alquimistas;

por ti cambio el oro en hierro
y el paraíso en el infierno;
en el sudario de las nubes

descubro un cadáver querido,

y en sus orillas celestiales
grandes sarcófagos erijo.





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