El tren que sale, el ruido,
el vuelo de tu mano en la ventana
que nos aleja. En la estación oscura
lo sé: no has de volver; pero te llamo.
Del irte al regresar, cuánta distancia
en ti se irá formando;
hasta tus mismos ojos al mirarme
de nuevo, si me miras, serán otros.
Pues contigo te llevas muchas cosas
que entre los dos hicimos, eran nuestras.
Te olvidarás de todo:
ni siquiera sabrás que las perdiste.
Ya ves; fuiste, me he quedado. Un viaje
nunca tiene regreso, y la mirada
última que me diste, ¿la recuerdas?,
no volverá. La guardo.
el vuelo de tu mano en la ventana
que nos aleja. En la estación oscura
lo sé: no has de volver; pero te llamo.
Del irte al regresar, cuánta distancia
en ti se irá formando;
hasta tus mismos ojos al mirarme
de nuevo, si me miras, serán otros.
Pues contigo te llevas muchas cosas
que entre los dos hicimos, eran nuestras.
Te olvidarás de todo:
ni siquiera sabrás que las perdiste.
Ya ves; fuiste, me he quedado. Un viaje
nunca tiene regreso, y la mirada
última que me diste, ¿la recuerdas?,
no volverá. La guardo.
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