Todas las horas roen
algo de nuestra vida.
El tiempo ara los campos
de nuestra piel, y dentro,
el hastío cultiva su oquedad.
Goznes anquilosados
del clown -¡fin de fiesta!-
que después de la risa,
los cordones por tierra
sobrevive al olvido
tras olvido.
algo de nuestra vida.
El tiempo ara los campos
de nuestra piel, y dentro,
el hastío cultiva su oquedad.
Goznes anquilosados
del clown -¡fin de fiesta!-
que después de la risa,
los cordones por tierra
sobrevive al olvido
tras olvido.
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