El otoño es una mansa bestia
y estremece jardines con su aliento.
La piel llena de sol
se le gasta en los altos edificios.
La lluvia,
de párpados cansados
repasa por las calles
sus puntas aceradas.
Un atardecer
coronado de pájaros
y en revuelo de hojas,
traspone la ciudad
amurallada por los montes.
El comerciante,
ojos fríos y sangre coagulada,
enciende sus cristales
y acecha desde el fondo.
El otoño es un lujo,
una alfombra dorada
que tapiza los predios,
una canción de adolescentes
obsesiva y sensual.
y estremece jardines con su aliento.
La piel llena de sol
se le gasta en los altos edificios.
La lluvia,
de párpados cansados
repasa por las calles
sus puntas aceradas.
Un atardecer
coronado de pájaros
y en revuelo de hojas,
traspone la ciudad
amurallada por los montes.
El comerciante,
ojos fríos y sangre coagulada,
enciende sus cristales
y acecha desde el fondo.
El otoño es un lujo,
una alfombra dorada
que tapiza los predios,
una canción de adolescentes
obsesiva y sensual.
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