"Para reducir este riesgo, es importante crear un entorno seguro, libre de obstáculos al caminar, y además no descuidar nunca la actividad física, la ingesta de calcio y vitamina D, y el tratamiento farmacológico, si fuera necesario", añadió Zanchetta.
Según los especialistas, para prevenir el deterioro óseo, una de las principales medidas es el consumo de calcio durante toda la vida: la ingesta diaria recomendada ronda los 1000 mg diarios, pudiendo aumentar la demanda en determinados momentos de la vida (como el embarazo o la lactancia).
Los médicos indicaron que se puede llegar a los 1000 mg consumiendo todos los días, por ejemplo, "medio litro de leche descremada, una porción de muzzarella y una porción de pastas, pero también existe la posibilidad de aportar este nutriente con productos lácteos enriquecidos, tales como yogures fortificados que aportan 500 mg de calcio en cada unidad".
Las otras claves para conservar el hueso son la actividad física y la vitamina D, que se obtiene mayoritariamente con una exposición diaria de unos 15 minutos al sol, o en caso de que ésta no fuera posible, mediante la suplementación con vitamina D.
La osteoporosis es una enfermedad que se caracteriza por la pérdida progresiva de la densidad y adelgazamiento del hueso, lo que predispone a sufrir fracturas de cadera, de muñeca, de pelvis y otras de elevada morbilidad y mortalidad en mujeres y hombres.
La pérdida de hueso se produce de forma "silenciosa" y progresiva; no suele haber síntomas, hasta que se produce la primera fractura.
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