Fuiste en mi olvido solitario prado,
árido respirar un aire muerto,
y el ámbito de mi alma fue desierto
laurel a tu prisión acostumbrado.
En soledad escucho tus latidos;
si miro al aire mármoles consiento,
y el lánguido delfín del pensamiento
turbio renace, impuro en mis sentidos.
Nada podré expresar sin compañía
pues mi voz dura el eco de un lamento;
de ráfaga a paloma incendiaría
si perdura el desfallecimiento
caído entre mi duelo, porque habría
de sentir que tu amor es lo que siento.
árido respirar un aire muerto,
y el ámbito de mi alma fue desierto
laurel a tu prisión acostumbrado.
En soledad escucho tus latidos;
si miro al aire mármoles consiento,
y el lánguido delfín del pensamiento
turbio renace, impuro en mis sentidos.
Nada podré expresar sin compañía
pues mi voz dura el eco de un lamento;
de ráfaga a paloma incendiaría
si perdura el desfallecimiento
caído entre mi duelo, porque habría
de sentir que tu amor es lo que siento.
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