Pablo sabía muy bien que nadie debe perder la esperanza. La humanidad es inmoral porque Dios está en ella y lo que hay en el hombre de perdurable es la eternidad misma de Dios. Las grandes hecatombes, los diluvios y los terremotos, la guerra y la peste no podrán acabar con la última pareja. El hombre nunca tendrá una sola cabeza, para que alguien pueda segarla de un golpe.
Arreola, Juan José. Confabulario. Planeta-CONACULTA, México, pág.108
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