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LXXll - El muerto jubiloso - Baudelaire

En una tierra grasa, de caracoles llena,
yo quisiera cavar una profunda y sola
fosa, donde dejar mis huesos fatigados
durmiendo en el olvido como el pez en la ola.


Odio los testamentos como las sepulturas,
antes que mendigar una lágrima al mundo,
preferiría, vivo, invitar a los cuervos
para que se cebaran en mi esqueleto inmundo.


¡Gusanos! Silenciosos y ciegos compañeros, 
mirad cómo hoy un muerto gozoso viene a veros,
hijos de podredumbre, filósofos despiertos,


moveos sin escrúpulos aquí en mi sepultura,
decid si todavía le falta una tortura
a este cuerpo sin alma, ya muerto entre los muertos.

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