El diablo pudiera odiar el mal y amar el bien, pero no es dueño de su albedrío; él fue condenado a amar el odio y a odiar el amor, y jamás romperá su destino... ¡Pobrecito del Diablo, que lástima le tengo!
pág. 91
Romero, José Ruben. La vida inútil de Pito Pérez. Porrúa, México, 1999.
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