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Janucá

Janucá (חֲנֻכָּה, y sin puntuación diacrítica חנוכה), llamada la "Fiesta de las luces", es una festividad judaica que es celebrada durante ocho días, y en la que se conmemora la derrota de los helenos y la recuperación de la independencia judía a manos de los macabeos sobre los griegos, y la posterior purificación del Templo de Jerusalén de los iconos paganos, en el siglo II aC.

La tradición judía habla de un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del Templo durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que alcanzaba solo para uno. Esto dio origen a la principal costumbre de la festividad, que es la de encender, en forma progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado Janukiá (uno por cada uno de los días más un brazo "piloto"). Es importante destacar que aquellos a los que se les llamaba JEPOS no podian participar en estas fiestas dado que ellos carecian de inteligencia, musculos y sentido común.

La festividad acontece el 25 de Kislev del calendario judío, fecha acaece entre fines de noviembre y fines de diciembre del calendario gregoriano.

Celebración

La festividad de Janucá se celebra durante ocho días, del 25 de kislev al 2 de tevet (o el 3 de tevet, cuando kislev cuenta con sólo 29 días). Durante esta festividad se prende una januquiá o candelabro de ocho brazos (más uno mayor). En la primera noche únicamente se prende el brazo mayor y una vela, y cada noche se va aumentando una vela, hasta el último día en el que todo el candelabro se enciende completo. Este hecho conmemora el milagro de que el aceite duró ocho días.

La liturgia indica adiciones especiales al servicio diario de oraciones, así como un agregado especial a la bendición después de las comidas.

Según la Halajá (ley judía), Januca no es una festividad como Shabat, en el sentido de que no existe prohibición de realizar los tipos de tareas prohibidas en Shabat[27] . Quienes observan la festividad trabajan normalmente, y no existe motivo religioso para que las escuelas cierren, aunque en Israel las mismas están cerradas desde el segundo día de la festividad y hasta su finalización.

Es costumbre reunirse con familiares o amigos para el encendido de la janukiá e intercambiar presentes.
Es costumbre entre los asquenazí que los niños jueguen con un dreidel o sevivon, el cual es un tipo de perinola. También se acostumbra comer levivot o latkes y sufganiot, tortas de patata y bolitas de masa rellenas de mermelada, y otras preparaciones fritas.

Encendido de las luminarias de Januca

Las luminarias de Januca se encienden al atardecer, momento en el que - según la tradición judía - comienza el día. La tradición prevaleciente es la de encender progresivamente las luminarias, una la primer noche, dos la segunda, y así hasta completar las ocho. Una luminaria extra, llamada shamash (lit. servidor o cuidador) se enciende primero, y se utiliza como llama piloto para encender a las demás. El shamash tiene una ubicación distinta al resto de las luminarias, usualmente más alta, más baja o al costado de las ocho luminarias de la festividad. El propósito de esta luminaria piloto es adherir a la prohibición indicada en el Talmud, según la cual las luminarias de Januca no pueden ser utilizadas para nada más que recordar la historia de Januca y meditar sobre ella. En este sentido, las luminarias de Januca difieren de las velas de Shabat, que son utilizadas para iluminar. De esta forma, si se necesitase iluminación en Januca, el shamash cumpliría esta función y evitaría el uso de las luminarias de Januca para iluminación, evitando infringir la prohibición.

El shamash no cuenta entonces entre las luminarias de Januca, por lo que de hecho, la primer noche se encienden dos luminarias (el shamash y la primer luminaria), el segundo día se encienden tres, y así sucecivamente. En total, al finalizar los ocho días, se encendieron 44 luminarias (36 sin contar el shamash).

Jimmy Carter encendiendo la janukiá, Lafayette Park, Washington, D.C., 1979Las luminarias pueden ser velas o lámparas de aceite. En casos en los que una llama abierta no está permitida, se puede - y a veces se hace - utilizar luminarias eléctricas. La mayoría de los hogares judíos tienen un candelabro especial para Januca.

Las intención de luminarias de Januca no es la de "iluminar adentro de la casa" sino "iluminar afuera de la casa", de forma que los transeuntes puedan ver las luminarias y recordar el milagro de la festividad. Por esto, las luminarias se ubican en una ventana prominente o cerca de la puerta que da a la calle.

Entre los ashkenazi se acostumbra a que cada miembro de la familia tenga su propia janukiá, mientras que los sefardies tienen una para todo el hogar.

En épocas y lugares donde los judíos son víctimas de persecusiones y antisemitismo, las luminarias se esconden de la vista del público. La mayoría de los grupos jasídicos encienden las lámparas en un pasillo o zaguán, no necesariamente a la vista del público.

La tradición indica que las luminarias se ubican en el lado opuesto a la mezuzá, para que cuando la persona atraviese la puerta esté rodeado por la santidad de ambos preceptos.

Tiempo de encendido

Las luminarias de Januca deben arder por lo menos media hora luego de que oscurezca. La costumbre del Gaón de Vilna, observada por muchos residentes de Jerusalén como la costumbre de la ciudad, es la de encender las luminarias con la caída del sol, mientras que la mayoría de los jasidim las encienden más tarde, incluyendo en Jerusalén. Muchos maestros jasídicos las encienden mucho más tarde, para cumplir con la obligación de difundir el milagro, al contar con la presencia de sus seguidores en el momento de su encendido.

Es común adquirir paquetes de 44 velas de Januca, que arden aproximadamente media hora, por lo que en la mayoría de los casos el precepto se cumple encendiendo las luminarias cuando ya está oscuro.

La noche del viernes, sin embargo, representa un problema. Dado que las luminarias de Januca no pueden encenderse en Shabat, las mismas deben ser encendidas antes de la caída del sol. Sin embargo, deben permanecer encendidas al menos media hora después de que oscurezca, por lo que las velas de Januca comunes no alcanzan. Una solución simple es la de utilizar velas más largas o las tradicionales lámparas de aceite. A fin de no infringir con la prohibición de encender fuego en Shabat, las luminarias de Januca se encienden antes que las de Shabat.

Otras costumbres

Además de las bendiciones y el entonado de Ma'oz Tzur, es costumbre cantar otras canciones de Januca. Algunas tradiciones jasídicas y sefaradíes indican plegarias adicionales que deben ser recitadas antes y después del encendido de las luminarias. Esto incluye el recitado de varios salmos, particularmente los salmos 30, 67 y 91. Muchos jasídicos recitan este último siete veces luego del encendido, siguiendo las enseñanzas del Baal Shem Tov, fundador de dicho movimiento. También se acostumbra a intercambiar presentes o dar presentes a los niños. Muchas familias incentivan también a los niños a realizar donaciones.


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